miércoles, 16 de noviembre de 2011

Muertes y maravillas (Jorge Teillier)







Para hablar con los muertos


Para hablar con los muertos
hay que elegir palabras
que ellos reconozcan tan fácilmente
como sus manos
reconocían el pelaje de sus perros en la oscuridad.
Palabras claras y tranquilas
como el agua del torrente domesticada en la copa
o las sillas ordenadas por la madre
después que se han ido los invitados
Palabras que la noche acoja
como a los fuegos fatuos los pantanos


Para hablar con los muertos
hay que saber esperar:
ellos son miedosos
como los primeros pasos de un niño
Pero si tenemos paciencia
un día nos responderán
con una hoja de álamo atrapada por un espejo roto,
con una llama de súbito reanimada en la chimenea, 
con un regreso oscuro de pájaros
frente a la mirada de una muchacha
que aguarda inmóvil en el umbral.




Regalo


Un amigo del sur
me ha enviado una manzana
demasiado hermosa
para comerla de inmediato.
La tengo en mis manos:
es pesada y redonda
como la Tierra.




De "Muertes y maravillas" Jorge Teillier. Universidad Diego Portales, Santiago 2010

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